Ing. Luis R. Campos



Discapacidad y nuevas tecnologías. Un mundo sorprendente.

“Danos un movimiento voluntario y te comunicaremos con el mundo”. Es la frase que acuño el Ing. Luis R. Campos en el año 1991 cuando fundó C.A.M.A.C. (Primer Centro Argentino de Medios Alternativos de Comunicación), dedicado a la investigación y desarrollo de programas especiales que permiten hacer uso de las capacidades de las personas con dis-CAPACIDADES físicas, sensoriales y/o mentales. El Centro brinda materiales y herramientas personalizadas, capacita a docentes y profesionales de la educación, la salud y la rehabilitación.
Actualmente CAMAC tiene carácter de asociación civil para poder ofrecerles a todas las personas con discapacidad los últimos avances tecnológicos y así achicar la brecha digital.



La Dra. Elizabeth Calvo de Suzuki. Fundadora del Instituto Superior Fundación Suzuki, miembro de la comisión de discapacidad de la Universidad Nacional de General Sarmiento y quien el 30 de noviembre será nombrada Ciudadana Ilustre de San Miguel. Una referente en este tema, para mi sorpresa me indicó que llamara a la persona que más sabe en este momento en el país de nuevas tecnologías, el Ing. Luis Campos. Llamados que van y vienen, el viernes a las 9 de la mañana, en Banfield descubría un mundo sorprendente.

Un dispositivo para cada necesidad

• Ayudas técnicas para el acceso a la computadora. Teclados y Mouse especiales.
• Accesorios para personas con discapacidad motora. Switch o botones.
• Comunicadores para personas con discapacidad motora y trastornos del lenguaje.

P1140463.JPG



El encuentro con un hacedor

El Ing. Luis R. Campos ha trabajado desde sus comienzos en 1986, en función de las capacidades de la persona. La discapacidad dice todo lo que esa persona no hace. Se preguntaba ¿qué hace? ¿Sonríe, sopla, muerde, aspira, mueve la cabeza? En vez de decir, este nene tiene parálisis cerebral, esta nena es sorda, este nene es ciego; sino son Carlos, Ana, María y José. ¿Por qué? Porque cuánto más se sabe de la patología, a veces menos se hace por la persona, porque la descripción de la patología muestra diferentes problemas. El Ing. Campos cambió la mirada, y eso le dio permanencia desde hace 24 años y cada vez más gente los llama, a pesar de haber probado otras cosas y dicen: -“la verdad, qué lástima que no los llamamos antes”.

El Ing. Campos explica: “En una evaluación se determina qué es lo que hace el niño, el adulto ó el joven, a partir de esa posibilidad, se desarrolla la interfase, con lo cual estás aprovechando al máximo su capacidad. No es sólo poner al niño en una computadora porque sí. Cuando empecé a trabajar con los chicos, yo miraba que a través de un comunicador; que es un elemento con 10 lucecitas que van saltando de una luz a otra. Nuestra capacidad visual hace que en el momento del cambio el ojo sigua estímulos involuntarios.

Pero, ¿qué le pasa a este chico, que no lo puede ver? 
Yo le preguntaba a la mamá: -"¿su hijo ve bien?" 
- "Sí, el diagnóstico dice que ve bien". 
- "Yo tengo mis serias dudas".

En este mundo de la causalidad, conocí al optometrista Luis Friger, quien trajo al país en los ’90 un auto-reflectómetro”. ¿Qué es un auto-reflectómetro? “Son como unos binoculares y mirás un globito que sube, una chica con un joystick del otro lado de la pantalla va siguiendo tu pupila y se hace el estudio, que no requiere de lenguaje, ni de la parte cognitiva, no sabés si es un elefante, un pato la letra A ó la E. Con esto empezábamos a detectar serios problemas visuales en niños con parálisis cerebral. Comenzaba otra mirada, primero reparábamos ese problema, equiparlos visualmente ó auditivamente, en algunos casos, para poder comunicarlos. El desafío era cambiarle el rol de vida, porque un niño en una silla de ruedas sin comunicación y sin movimiento, era como mirar la película educativa. Hoy proyectamos “La vaca” y la maestra habla de la vaca; pero no interactuaban. Aprender es interactivo, es tomar el concepto y devolverlo de alguna manera. En ese momento el kit fue brindarle las mismas oportunidades de aprendizaje, con lo cual ese pseudo retardo mental en el diagnóstico, era superado.

Hace 24 años el Ing. Campos se cuestionaba, ¿cómo evalúan la capacidad intelectual de un chico? Hay un montón de tests. Era la respuesta rápida y frecuente. Pero los test son de locución y ejecución. El test daba que el chico tenía una discapacidad intelectual y había una inteligencia cautiva. En aquel momento rompimos esa barrera, una vez dadas las mismas oportunidades de aprendizaje, las sorpresas eran enormes en la mayoría de los niños y adolescentes que se integraron en escuelas normales, secundarias, en universidades. Si veían su aspecto físico, lo único que movían era el dedo del pie o aspiraban por un tubito. Todos decían: “¡Ah, era inteligente!”

Estos chicos tienen una mirada muy particular, el que tiene una mirada brillante ahí apostá todas las fichas porque hay una inteligencia cautiva muy importante. Lamentablemente está el de la mirada pálida que está íntegro, pero ¿qué le pasó a este chico? Esta navegando por el espacio, también le damos las mismas oportunidades, nuca se sabe.

En los ’90 la primera integración escolar, con posibilidad de escritura, se hizo en Capital Federal, con un nene con parálisis cerebral, en la escuela común, fue todo muy complicado introducir la computadora en la escuela. Otra fue en Tostado, provincia de Santa Fe, un chico que sólo con su mentón hizo su primaria, su secundaria y con las mejores notas. 
-“Sos un animal cómo vas a poner “volver” las dos veces con “be” larga".
-“Lo que pasa es que yo nunca escribí".

Siempre se generó la escritura por un tercero, ejemplifica Campos, cuando vos le dás la posibilidad de escribir a partir de aspirar soplar y de un teclado en pantalla, ahí generás tu propia construcción, aparece tu lenguaje interior a medida que construís, empezás a enriquecer el lenguaje y de hecho hay muchachos lograron que hicieran la universidad y ganaron premios literarios. 
“Creo que ese es el gran aporte de la tecnología, primero es liberador, después encontrás tu capacidad interior, podés descartar el fenómeno de la discapacidad mental o intelectual y el otro tener un lugar en la sociedad”. 
Nos cuesta muchísimo aceptar al diferente, todavía no podemos aprender la palabra integración. Por ejemplo en el subte, tenés un cartel que dice “capacidad 8”, y hay 6 pasajeros sentados y ningún asiento libres. Los otros 2 están ocupados por objetos.
Hemos ido evolucionando, en la calle hay más discapacitados, tratan de pelear por sus derechos, lástima que todavía nos falta la consolidación social.

Las diferentes tecnologías, surgen según la capacidad, el que aspira un sensor de aspirar o soplar; el que mueve la cabeza, un sensor lateral, el que mueve el mentón, un sensor de mentón. Para cada uno hay una variación y no es discriminar al otro porque no usás lo mismo. Me han criticado porque tenía diferentes Mouse porque no cumplís con el objetivo del acceso universal. Pero están equivocados, porque sino haríamos el calzado universal Nº 37.

CAMAC, es una asociación civil sin fines de lucro. El Ing. Campos relata, “cuento con la colaboración de la familia, mi casa es la sede de la entidad, que tiene un objetivo muy claro, proveer tecnología a la mayor cantidad de personas. No se puede producir a escala. Hacemos trabajos a pedido y esto no nos cambia los costos. Tenemos un sistema diseñado de producción bastante aceitado. Si nos pidieran cinco mil teclados, buscaríamos la manera de hacerlo. No recibimos ningún apoyo oficial a ninguna escala, ni municipal, ni provincial, ni nacional. Nos vinculamos con muchas instituciones a las que les brindamos apoyos tecnológicos. Trabajamos mucho con las escuelas del estado, hacemos una alianza, damos un seminario y la escuela obtiene un beneficio a través de un bono contribución. Evaluamos a los chicos gratis. Instituciones sociales como el Rotary, los Leones y algunas empresas ayudan a equipar a la escuela. Si realmente nosotros tuviéramos un subsidio de mantenimiento, podríamos ofrecer tecnología gratuita.

El Ing. Luis R. Campos obtuvo el Premio “Ester Adriana Labatón”, de La Caja de Previsión Social para Abogados de la Provincia de Buenos Aires,
en reconocimiento a su trayectoria, a la contribución solidaria y a la creación de espacios físicos y culturales que han permitido la integración.

El Ing. Campos hace un poco de historia: “En 1986, el primer teclado virtual en pantalla, hace 24 años, salió publicado muy chiquito en Clarín. Cuando empecé con CAMAC en el año 1991, fue el primer centro en Latinoamérica de desarrollo de tecnología, en ese momento creo que la Argentina perdió una gran oportunidad, que fue mostrarle al mundo lo que se estaba haciendo en el país. Hawkins con su computadora apareció en 1992. El Ing. Campos se queja: “Es mucha la lucha, es mucho esfuerzo, si hacés las cosas accesibles te dicen que hay deslealtad”. También tienden a decir, “si es barato no es bueno”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario